jueves, 28 de noviembre de 2013

SE ME FUE LA INFANCIA

ROQUE J ORTEGA MURILLO                             

Diego apenas  llevaba una semana que había cumplido 7 años, extrañamente había cambiado su comportamiento en la casa. Era como sí de un momento a otro, dejo de ser el niño inquieto, preguntón y juguetón con su hermanito.  Llegaba por las tardes del colegio, descansaba un poco, e inmediatamente, juiciososamente realizaba sus tareas. Pero estaba muy callado, situación que llamo la atención de sus padres.
-El señor Alfredo le preguntó a su esposa, María Angélica que le pasa Diego, mi amor. Te ha comentado algo. Hemos praticado poco, tú sabes que él es un buen conversador, pero esta semana esta huraño.

-¡Yo también he visto un cambio esta semana! Comento  María Angélica, se abra degustado con su mejor amiga. Te acuerdas mi amor que lo otro día se puso triste porque ella no lo invito a jugar al parque.

Pasaron dos semanas y Diego continuaba con la misma actitud, muy serio. Sus padres se comunicaron con las directivas del colegio, para averiguar si había sucedió algún altercado con su hijo, pero todo estaba bien. Él seguía  siendo el niño aplicado en las clases, colaborador con sus compañeros y el mejor dibujante del salón. 

Sus padres decidieron llevarlo al circo de los payasos voladores, una compañía de comediantes que andaban de gira por el país. Lo bonito de estos payasos, que no solo realizaban funciones al público, también se dedicaba a alegrar la vida de niños enfermos recluidos en hospitales. Se dedicaban a construir felicidad a través de la magia de la risa. Toda la familia se divirtió con la función, hasta el punto que Diego les dijo a sus padres que le compraran un vestido de payaso.

A pesar que el fin de semana la familia estuvo en el circo, en piscina y el parque de la ciudad encantada, Diego seguía extraño. María Angélica no espero más tiempo para saber que estaba sucediendo con su hijo.

-¡Diego, mi amor! Conversemos un ratico, tienes día que no me cuenta nada en especial, ¡deme un abrazo hijo lindo! comento María Angélica. ¿Por qué estás tan callado y serio últimamente?
-¡Mami, es que no sé cómo decirlo! No te vas a molestar conmigo.
-¡No mi amor! Dime que está pasando corazón. Si tienes una dificultad, estamos tu padre y yo para ayudarte.
-¡Mami! Ya no soy el mismo niño de antes, yo tuve una infancia linda, pero ya deje de ser niño feliz.
- ¿Y eso por qué   mi corazón?
- ¡Imagínate! Los muchachos grandes del colegio que se vienen conmigo en la ruta me corrompieron, por eso  se me fue la niñez. Me han enseñado decir malas palabras. Un pocotón de grosería, me han pervertido.

El hermanito  menor exclamo¡ Mami ! Yo también aprendí en el bus que con la mano cerrada y el dedo grande estirado se dice grosería.
 

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