ROQUE JESÚS ORTEGA MURILLO
Los dos hermanitos se fueron sigilosamente detrás de sus
padres para averiguar que hacían en la sala pequeña. Entreabrieron la puerta y
calladamente observaron que ambos se sentaron en un cojín con las piernas
entrecruzadas. Antes prendieron una vela y colocaron música donde cantaban unos
pajaritos. Allí duraron un rato largo, sin decir nada. Después se levantaron y
empezaron a bailar, pero despacito.
Durante varias semanas los dos pequeños estuvieron asomados
por la puerta viendo lo que hacían sus padres. Siempre se sentaban de la misma
manera y terminaban bailando raramente comentaba entre si Mayo y Juan.
-¡Hermanita que será lo que hace papa y mama todos los
días! ¿No están rezando verdad?
-¡No Juanchito! En la iglesia la gente se arrodilla, rezan.
Pero es que ellos se quedan en silencio y baila en callados.
-¡Pero debe ser bueno! lo que hace allí todos los días dijo
Juan.
-¡Seguramente! Contesto Mayo. ¡Sera otra forma de rezarle a Dios!
-¡Huy! Pero si es una forma de rezarle a Dios. Debemos hacer
lo mismo hermanita. Yo necesito ayuda para ganar el año, y me traiga una
bicicleta.
-¿Pero debemos preguntarle? ¡Qué tal que ellos nos vea
haciendo lo mismo y no le guste dijo Mayo!.
-Mañana yo le preguntó a mi papa, dijo juan. ¡Tú hablas con mi mama!
Después de la cena del domingo los dos hermanitos le
preguntaron a sus padres que era lo que hacían todas las mañanas sentados y
bailando con la música de los pajaritos u otra veces música como de agua. Ellos
inicialmente los tomaron de sorpresa, el abordamiento de sus hijos, pero
rápidamente sonrieron ante la inquietud de Juan y Mayo.
-El padre empezó explicarle que ellos practicaban disciplinas
orientales como la meditación y el arte del qi gong, para mejor la salud. Por
supuestos los niños no entendieron. Para ellos les estaban hablando
verdaderamente en chino.
-¡Papa! Dijo Mayo, nos puedes hablar más claro.
-¡Hijos lindos! Meditar es quedarse quieto, sin moverse
sentado y utilizando la respiración. La respiración es otra forma de
alimentarnos, el cielo nos regala el aire, eso también es una comida.
-¡Yo pensaba que estaban rezando! Dijo Juanchito.
-¡Digamos que sí, mis amores! Pero en silencio-dijo la mama.
Esos ejercicios nos tranquilizan, nos pone contento. Nos hacen mejores
personas.
-¿Y el baila también mama? Pregunto Mayo.
- ¡No es un baile corazón! Es como moverse suave y dibujar
con el cuerpo para mantenernos felices y sanos.
-¡Huy! Eso es como bonito dijeron en coro los dos hermanitos.
-Juan pregunto ¿Nosotros podemos aprender? Me sirve para
ganar el año. Y para cuando sea grande ser bueno. El mejor hombre del mundo.
-¡Y yo la mujer más bondadosa! Dijo Mayo.
A partir de ese día toda la familia meditaba y realizaban el
qi gong. Se respira un ambiente de sosiego.
Pero al transcurrir unas semanas el papa de Mayo y Juancho
llegaba por la noche malhumorado, gritando a su esposa. Situación que se tornó
peor con el transcurrir de los días. Juanchito el menor de los niños se ponía muy
nervioso. Decidió enfrentar a su padre y le dijo:
-¡Oye papa! Tú nos enseñaste que meditar ayuda a estar
contento, tranquilo. Pero estas como un tigre. Yo creo que tú perdiste el año.
Tienes que meditar todo el día.
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