La semana pasada el periodista Herbin Hoyos y el presidente de
Fedegán José Félix Lafauri, de manera irresponsable publicaron una foto en la
que supuestamente indígenas armados como guerrilleros, según ellos, estarían criminalizando
las manifestaciones del Cauca, lo cual resulto ser totalmente falso de acuerdo
al medio El Colombiano, autores de la fotografía. No es la primera vez que el
señor Hoyos utiliza los medios para creer terrorismo con la pluma, reiteradamente
incurre en fabricar noticias acusando al que se le da la gana de guerrilleros.
Aunque después tuvo que rectificar pidiendo excusa y perdón a
sus seguidores, el daño se hizo, su mala intención a todo que sea protesta
social, deja plasmado el odio que le tiene a una guerrilla que dejo las armas,
a través de un acuerdo de paz.
El uribismo tiene como practica utilizar las redes sociales,
y algunos medios para señalar, insultar y acusar sin pruebas algunas a líderes
sociales, a senadores de la oposición y a periodistas que critican sus
andanzas, así que se ha hecho costumbre publicar falsedades, aunque
posteriormente terminen rectificando.
Otra situación similar en donde los medios de comunicación se
prestan para ser serviles útil del Gobierno de turno, sucedió en la información
editada en la quema de unos camiones que transportaban ayuda humanitaria para
Venezuela, donde acusaban al Gobierno de Maduro, de ordenar el incendio.
Resulto una vil mentira según el prestigioso diario estadounidenses The New York
Time, en un largo reportaje asegura que fueron los protestantes de la oposición
que por error quemaron los camiones.
Así que cada noticia que se emite en los grandes medios de
comunicación y las redes sociales, que es otra forma moderna de comunicarse,
hay que leerlos con lupa, y revisarla como un pulcro relojista, para no
terminar siendo presa de mentiras, y noticias amañadas.
No en vano el periodismo se le conoce como el cuarto poder,
porque su accionar puede destronar o mantener el poder; además puede contribuir
para ejercer la función social de informar imparcialmente. El periodismo debe
servir para ser una eficaz herramienta para construir sociedades y no ser un
arma de engaño e instrumentos del poder de alienante.
Es lamentable que el periodismo se preste para desinformar y
contribuir a generar odio especialmente en este país, que tiene una forma relacionarse
con la guerra, antes, por el contrario, debe ser un vehículo pedagógico para
buscar una convivencia entre los colombianos, porque no se ejerce el periodismo
con criterio sensato puedes ser un arma peligrosa para confundir y generar
terror. No solo se dispara con un fusil, también se dispara con una pluma.
Qué bonito sería que se enaltezca el ejercicio del periodismo
actuando en orientar, e informar con el objetivo de crear criterios civilizados
para que sea el oficio más bello del mundo como lo dijo Albert Camus. No se
olviden que el papa Francisco en su visita a Colombia vino a dar un mensaje de
reconciliación y perdón, y que no desaproveche este momento histórico para
construir un nuevo país, que el odio no tiene la última palabra, el amor es más
fuerte que la violencia. El periodismo debe embarcase en ese mensaje.
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