ROQUE ORTEGA MURILLO
Una sinfonía de aroma y sabores
fue el preludio de un exquisito bocado
una policromía de colores embellecieron el plato en la mesa
fue un festín en donde cada bocado se saboreó la ofrenda de la creación
Ante el sublime acto de alimentarse
solo quedo fundirse con el amor del eterno
quien se manifiesta con la alquimia de
la entrega incondicional
El complemento de ese festín fue tu presencia
Tu llenaste de alegría un momento inolvidable
de una tarde de octubre
el sortilegio de tu frescura hizo más delicioso el encuentro
No sé qué más me nutrió, si el
conjuro del alimento
o el aroma de tu risa cálida, o el mar de amor de tus ojos
Tu presencia me arrastro a un remanso de ola en calma
No fue un sueño
solo fue el encuentro fugaz
donde viví la experiencia del tiempo sin tiempo
una eternidad dormida en mis versos
Tu calidez fue el sabor
que inundo a mi alma y mi corazón
una tarde de octubre única.
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