El olor a
guanábana
la conversa en el patio
la algarabía
del loro del vecino
Es el cuadro
que pinto mis recuerdos
de aquella
infancia
que me hizo
crecer
recibiendo
la sabiduría de mi abuela
que
revolviendo
en la olla
un suculento sancocho
fui tejiendo
mis sueños
y forjando
mis desquicios
Hoy me
pregunto
cuando
vuelvo al patio de la casa
Si ese
guanábano que permanece allí
es es
descendiente
de aquel
árbol prodigo
que perfumo
mi niñez
Y dejo la
fragancia indeleble del amor
Roque Ortega Murillo
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