Roque Ortega Murillo
El
conductor del taxi no pudo evitar entrometerse en la conversación de los
pasajeros. Se dirigía del sur al norte de la ciudad, disculpe pero uno en esta
profesión termina siendo transmisor de servicio, yo me considero un terapeuta
del volante.
-Espero no molestarlo, yo sé cómo podría mejorar
la situación de su hijo con ese problema del asma. Mi nombre es Camilo Sánchez,
llevo diez años conduciendo a este cacharro. Yo también sufrí de esa enfermedad
y a dos cuadras donde ustedes se embarcaron hay una consulta popular de
Acupuntura. Tengo seis meses de
tratamiento, con un resultado maravilloso, hasta el punto que deje de usar el
inhalador.
-Caballero gracias, muy amable por su
preocupación. Estoy desesperado con el pelao. Esta semana ha sido crítica con
la crisis, no sé qué hacer. Está en manos de la institución médica más
importante de la región, mas sin embargo, no veo mejoría. Así que la agradezco
su información. No conozco nada de la acupuntura, sé que es de origen
chino. ¿De verdad funciona?
-Mire yo llevaba 15 años de tortura, es desesperante
saber que el aire no entra, uno siente que la vida se le va. Y por pura
casualidad transporté a uno de los doctores que atiende en esa consulta. Me vio
muy mal, hasta el punto que me ofreció su servicio. Le confieso que llegué con
reserva, ¡eche¡- ¡que unas agujitas me iban a sanar esta vaina¡. Además los
médicos tienen apariencia raras, son medios extraños, la mayoría tienen barbas
y el cabello largo, parecen talibanes. Pero como me sentí tal mal decidí
asistir a la consulta. Fue alucinante en la primera sesión, se me quitó la
crisis, así que estoy con un tratamiento, la verdad amigo me siento
maravillosamente bien. Y esta semana vino a atender un señor al que le llaman
el maestro, como que es el duro de las agujitas encantadas. Pues él tiene
pinta como de cura, o de cantante
de rock; no sé cómo definirlo pero el
hombre es un Maestro. Todos lo tratan con respeto, cariño y admiración, debe
aprovechar y llevar el pelao.
-Por lo que le he escuchado al niño la crisis le
da cuando está con su abuela, o sea su madre.-
-Así es Camilo, es curioso- imagínate mi madre
vive en el norte, con todas la comodidades y como yo me separé de mi esposa,
ahora el niño esta con la abuela. Vive como rey, pero más enfermo. En cambio
cuando lo llevo a la casa de la novia que tengo ahora, prácticamente no se
enferma. Ella tiene dos niños casi de la misma edad de Felipe, se llevan super
bien. Paradójicamente no tiene lo mismos cuidados que le brinda mi madre, es
más estoy seguro que come hasta sin lavarse las manos. En cambio la abuela le
tiene una medidas higiénicas extremas, una dieta rigurosa, pero nada. Se le
presenta la crisis.
-Pero cuéntame, ¿El niño juega en casa de su
abuela con sus amiguitos?
-Mi mamá no le permite relacionarse con los
vecinos, porque ella odia el fútbol, y como los niños se la pasan jugando a la
pelota, no quiere que el nieto sea futbolista, esta empecinada que él tiene que
aprender a tocar piano.
-A Felipe no le gusta la música- por lo que veo
lo están obligando, seguramente a él le gusta es el fútbol. No vibra con el
piano.
- Ahora usted me hace caer en cuenta que esta
última crisis se le presentó después que mi madre le arrancó los afiches de Mesis
y el de Falcao, ellos son sus ídolos.
-Pero ella está interviniendo en el espacio del
pelao. Lo está asfixiando. Felipe necesita jugar lo que le gusta, él se divierte es con el
fútbol. Seguramente en casa de su novia juega con los otros niños y los vecinos,
allí es feliz. Por ello no se enferma. Me parece a mí con todo respeto que su
madre hace mal, con esa actitud de policía que tiene con su hijo.
-Lo he hablado con ella, pero usted no conoce a
mi madre es terca como una mula, se empecina que al niño hay que formarlo desde
temprana edad como ella quiere. Dizque
para que sea un hombre distinguido, imagínese esta semana contrató a un
profesor de inglés para que le dicte clases privada.
Me disculpa nuevamente, pero creo que su mamá es
responsable del asma de su hijo-
-¿Cómo así?. El amor que siente por su nieto es
inconmensurable. Me cuesta creer eso. Estoy pensando seriamente que nos están
echando brujería. A mi madre le tienen envidia en el barrio.
-Debe ser incómodo para usted escuchar lo que le
estoy diciendo. Pero usted lo ha dicho, en casa de su novia no se enferma el
pelao. Blanco lo es, gallina lo pone.
El pasajero se fue enrojeciendo en la medida que
el taxista señalaba a la abuela como responsable de la salud de Felipe, no le
gustó la opinión del parlanchín conductor. Situación que trato de calmar su
compañero de la carrera. Compadre no lo tome a mal pero creo que el señor tiene un poco de razón.
-¡Aja que vaina¡ ahora usted también se va a
poner en contra de mi madre.
- Cálmese. No es para tanto. Yo sé que su mamá no
lo hace de mala fe, pero hay que tener en cuenta que el niño nada de lo que le
están obligando a hacer, le gusta.
-Vea compadre, vamos a bajarnos aquí. Cambiemos
de tema.
Los dos pasajeros se bajaron del taxi ante de
llegar a su destino. Tranquilo caballero dijo el taxista, no es para tanto. Yo
creo que la bruja es la abuela de Felipe.