De camino a casa dos niños regresaban del colegio jugando
fútbol con una lata de gaseosa, bajo una pertinaz lluvia; rogaban que
arreciara. En ese pueblito caluroso cuando llegan los aguaceros el transcurrir
de sus vidas se convierte en una fiesta. Gritaban a todo pulmón ¡Mi Diosito por
favor suelta la llave del cielo para que llueva, ¡ el pedido se le convirtió en
un coro al que otros niños se le unieron para formar el festín, suelta la lleve
mi Diosito, suelta la llave mi Diosito. (Bis)
-¿Tu por qué quieres que llueva?- pregunto Juan a Pedrito.
- Para que crezcan los mangos.
-Pues no solo para los mangos, los nísperos necesitan crecer, y para
que se llene el arroyito que se forma frente a mi casa.
-¡Y eso¡
-Así puedo construir mi barquito de papel para navegar por el
mundo.
Me vestiré de capitán.
-Huy me enseñas a construir un barquito para mí.
-Sí, seremos dos capitanes, Juan.
-A propósito Pedrito, ¿Quién maneja los barquitos de papel?
-Estoy seguro que Dios.
¡Dios, oh Dios, ¿Pero cómo). Yo no lo veo.
-Él es invisible, es como un mago.
-¡Un mago¡
-Sí él está en todas partes, si supiera que él todas las
noches me acaricia.
-Cómo así, a mí no me pechicha, deseo que me haga cosquilla y
me cante una canción.
-Yo creo que sí lo hace. Tú no te fijas.
-¡Pero cómo¡
-Él se disfraza de mamá o papá, de abuelita o abuelito.
-No te entiendo-
-Dios manifiesta su amor a través de ellos, solo tienes que
abrir tu corazón, cerrar los ojos con alegría cuando te vayas a dormir; y veras
estrellitas, maripositas de miles colores. Así es como ese señor o señora,
realiza su magia. Cuando me tomo la sopa siento su aroma.
- ¿Entonces Dios También se llama sopa?
-Sí, torta, chocolate, en todas partes esta, es como
Supermán.
- O el Chapulín colorado.
Roque Ortega MUrillo
Ilustración Rosita Perez.
Roque Ortega MUrillo
Ilustración Rosita Perez.
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