miércoles, 7 de agosto de 2013

LA DUDA MÉDICA

ROQUE ORTEGA MURILLO
Me contó el Doctor Sergio Barrios que una ocasión recibió una llamada de un médico angustiado, Su voz se escuchaba entrecortada, compungido y si esperanza, ante la inapelable sentencia de una junta médica de oncólogos, “lo sentimos no hay nada que hacer, lamentamos comunicarle que no podemos  salvar la vida de su padre. El tumor en el páncreas  empezó hacer metástasis”. Ni siquiera es recomendable aplicar quimioterapia o radioterapia. Solo un milagro puede salvar a su padre. Exclamo -el galeno Pedro Martínez !No puede ser¡ - ¿ Para qué sirve la medicina?  Se cuestionaba.
Ante la nefasta noticia el joven médico no se resignó a tirar la toalla, y sin ser un convencido de las medicinas alternativas, decidió a llamar a Sergio Barrios Barrios, un médico inmunólogo, dedicado a la medicina tradicional china. A este se lo recomendó un vecino del barrio, quien fue tratado por una insuficiencia renal
Le puedo asegurar que ese doctor hace milagros, a mí me evito dializarme-dijo- Orlando Oñate- vecino de la familia Martínez. ¨Pero debo advertirle, Sergio no parece médico, su aspecto es de un poeta del siglo XV, o un ideólogo guerrillero de los años 60, flaco, desgarbado como Gandhi . Pero, es un sipote sanador. Recuerden que la esperanza es lo último que se pierde, enfatizo Orlando.
Previamente el  médico Pedro Martínez concertó una cita con el doctor Sergio Barrios, y como casi siempre sucede, inicialmente el joven médico  actuaba como un investigador privado, hurgando acerca de los estudios y la experiencia en la praxis del afamado terapeuta alternativo.
-¿Es un usted médico de formación?- Preguntaba – Pedro Martínez, mirando a arriba abajo al doctor Sergio.
- Aunque no le parezca, soy inmunólogo, pero no ejerzo esa disciplina- en la Medicina China encontré una visión más integral del hombre y una manera más holística para sanar- Dijo- el Doctor Barrios. 
- Honestamente no creo en las medicinas alternativas, creo que actúan como placebo, un vecino me convenció y por ello estoy aquí. -¿Que puede hacer por mi padre, tiene un tumor en el páncreas y esta desahuciado?, !lo puede curar¡
- Mire usted, en primer lugar no soy Dios. Además yo no trato al cáncer, me enfoco es el ser, trato es al espíritu conformado, enfermo. Le puedo asegurar que la Medicina Tradicional China le puede ayudar a mantener una mejor calidad de vida, sobre todo en su parte anímica, su humor. Y la curación depende de otras fuerzas. Pero mientras tenga un hálito de aliento lo tratamos.
- Él se encuentra muy deprimido, ha perdido mucho peso, los alimentos prácticamente no los tolera- mi padre fue deportista, jugó béisbol y hasta hace un año jugó sóftbol. Lleva seis meses deplorables. Verlo en ese estado me está destrozando mi vida dijo  el médico Pedro Martínez. No lo soporto verlo en esa situación.
Al día siguiente el doctor Sergio le explico al novel médico cómo funcionaba el tratamiento y el presupuesto de la evolución de la recuperación. Inmediatamente se inició el procedimiento terapéutico con acupuntura. El señor Manual Martínez se mostró receptivo y convencido que iba a salir adelante, lo primero que le dijo Sergio, era que iba a poner a funcionar y potenciar los mecanismo de auto sanción, utilizando   el gi gong de la palabra, lo preño de esperanza y de posibilidades, con un convencimiento certero, con su voz gutural le dijo- pronto va usted ponerse el bombacho, coger el bate y la manilla, para jugar nuevamente. Va usted a ganar este partido. Religiosamente  y con devoción el señor Manual asistió a la consulta del doctor Sergio Barrios B.
Al transcurrir quince días de tratamiento el señor Manuel poco a poco empezó a recuperar el apetito  el ánimo volvió a florecer, y no se encontraba deprimido. A los dos meses había recuperado diez kilos de pesos, salió del encerramiento y comenzó ir nuevamente al campo de béisbol  a ver a jugar a los pelaos. La recuperación tenía sorprendido a la familia, incluso al mismo Doctor Sergio, en muy poco tiempo había mejorado notablemente.
El médico Pedro Martínez, desde luego era el más sorprendido, aunque a pesar de la mejoría de su papa se mostraba escéptico, no podría darle crédito como cada  día que pasaba se recuperaba el señor Manuel.
-¿Doctor Sergio esta mejoría es pasajera o cree usted que va salir de esta enfermedad?
- La verdad, que vamos bien, su papa ha recuperado el humor, el apetito, está contento, valiéndose por sí mismo. Mire usted si llevaba seis meses en cama, postrado y sin esperanza no te parece que en dos meses hemos hecho demasiado. Mas allá si se va curar del tumor, eso, no lo sé, a lo mejor sí, la creación vive en permanente milagros.
-¡No me diga!..¿Cree usted en los milagros?- Dijo- el médico Pedro Martínez.
- Por supuesto que sí, por ello soy sanador, los milagros están al orden del día. El joven médico por un momento se quedó pensativo sin tener una respuesta a la premisa del Doctor Sergio-
-¿Doctor Pedro si la recuperación de su papa continúan en alza, usted lo sometería a la quimioterapia?
-Claro que no Doctor Sergio, los mismos oncólogos me recomendaron que no era recomendable realizar la quimio. Lo pongo en sus manos, como hasta ahora enfatizo Pedro.
-A pesar que la recuperación del señor Manuel era evidente: sucedió lo inesperado. El Doctor Sergio me llamó para contarme que el médico Pedro Martínez, consulto a unos colegas en los EE. UU, para someter a su padre a unas secciones de quimioterapia, pues ellos le recomendaron la última quimio de punta, cuya tecnología  era garante de una total cura. Lo triste es que no lo volvieron a traerlo a la consulta, abruptamente le suspendieron el tratamiento. Lo último que supe comento Sergio, por medio del vecino que el señor Martínez volvió a recaer, no volvió al campo de béisbol y que la familia estaba preocupada esperando lo peor.








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